Un lector hizo varios intentos para entrar pero no pudo. Acá les dejo la evidencia.
martes, 31 de mayo de 2011
Pusilánime, Yo?
El 29 de diciembre del año pasado renuncié al estresante trabajo que realizaba. Fue un grito de libertad (figurativamente). Trabajé por un año, recibí un aumento de sueldo un mes antes de retirarme, pero no fue suficiente para quedarme. Pensé: No vine a trabajar en algo que no me gusta, tampoco vine a esconderme como dicen algunas personas: vine a disfrutar de las cosas que me complacen y me apasionan, a tener libertad.
No renuncié sin tener nada bajo la manga. Meses antes de tomar la decisión de hacerlo, un amigo me propuso iniciar un negocio, el cual captó mi atención, porque sin buscarlo, se presentaba la oportunidad de hacer algo que me gustaba, con lo que me iba a apasionar y lo que me abriría las puertas en el mundo que inconscientemente vine a buscar.
Como las cosas no son color de rosa, y cuanto más las quieres más obstáculos te aparecen en el camino, no me ha tocado tan fácil: la pusilaminidad ha sido mi primer obstáculo, el más abismal. Porque cuando eres empleado siempre tienes a alguien que te está presionando, vigilando, controlando y amenazando para que des resultados, por lo que cumples tu trabajo de forma cabal. Pero cuando no tienes a ese tirano detrás, debes ser más responsable, enfrentar otra realidad, despertar con una motivación más contundente. Ya no tienes a nadie con un revolver apuntándote, ahora todo depende de ti. En este camino encuentras personas talentosas, desparchadas, extraordinarias, perezosas, motivadas, algunas que son como robots, otras a las que saludas porque eres educado; personas con las que desearías formar un excelente equipo de trabajo, y otras a las que quisieras decirle que el feudalismo cayó siglos atrás, pero no entenderían de qué les estás hablando.
Me gusta lo que estoy haciendo porque estoy aprendiendo cosas nuevas, cosas que jamás pensé que haría y que me agradan. Me siento como un niño aprendiendo a escribir, guiado por un gran maestro. Pienso que es importante y enriquecedor colocarte nuevos retos en la vida, de los que te exigen volverte creativo y dar algo que no pensabas que podías dar, con mucho trabajo y dedicación. En eso andan mis pensamientos por estos días, aunque a veces se elevan y me toca halarlos y regañarlos.
Si algún día tienes ganas de arriesgarte a hacer lo que te gusta, con lo que sueñas, lo que te apasiona, o simplemente una locura, aunque dudes y te de miedo, hazlo, no es fácil pero no te arrepentirás… créeme.
Pronto les mostraré en lo que he venido trabajando, es el comienzo de muchas cosas que haré. Esperando que les gusten, así como les gustan mis entradas (las del blog, de las otras no tengo todavía). J
Suscribirse a:
Entradas (Atom)